El panorama inflacionario sigue siendo objeto de análisis por parte de importantes entidades financieras internacionales.
Recientemente, tres importantes bancos internacionales compartieron sus pronósticos sobre la inflación en el país. Cada uno ofreció visiones contrastantes sobre el futuro económico de Argentina, en el marco de los primeros meses de gestión de Javier Milei.
Morgan Stanley: perspectivas moderadas con advertencias de riesgo
Según el análisis de la multinacional financiera estadounidense, se espera que la inflación cierre el año en un 31,6%, descendiendo desde el impresionante 207,7% registrado en el año anterior. Sin embargo, este pronóstico viene acompañado de advertencias sobre posibles obstáculos en el camino hacia una estabilidad económica duradera.
El informe destaca la necesidad de consenso político para implementar las reformas propuestas por Milei, lo que podría ralentizar el proceso de mejora económica. Además, señalan que el ajuste fiscal en curso podría generar tensiones sociales si no se compensa con un aumento en los ingresos de la población.
Morgan Stanley también hace hincapié en dos “anclas” que podrían influir en el futuro de la inflación: la liquidación de la cosecha agrícola y la política cambiaria. La forma en que se manejen estos aspectos será crucial para determinar la evolución de los precios en el país.
HBSC: panorama más pesimista, enfocado en la recesión
Por otro lado, la entidad británica presenta un panorama algo más sombrío, proyectando una inflación del 40%. Esta estimación se basa en la profunda recesión que el banco anticipa, causada por la caída de los ingresos.
Los analistas del banco predicen una contracción del PIB del 4,0% en 2024, lo que indica un escenario económico desafiante para los próximos años. Sin embargo, también sugieren una posible recuperación en 2025, condicionada a la capacidad de Milei para estabilizar la economía y promover el crecimiento sostenible.
JPMorgan: cautela e indicadores positivos
El banco más grande de Estados Unidos prevé un escenario base más optimista, anticipando una recomposición de las reservas netas y una desaceleración de la inflación. Sin embargo, advierten sobre los numerosos desafíos políticos y riesgos de ejecución que podrían obstaculizar este camino hacia la estabilidad económica.
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