Gritar a los niños puede ser tan dañino como el abuso físico

Según recientes estudios, gritar, denigrar o amenazar verbalmente a los menores puede ser tan perjudicial para su desarrollo como los abusos sexuales o físicos.

De acuerdo con un reciente estudio, gritar, denigrar o amenazar verbalmente a los menores puede tener un impacto negativo en su desarrollo equiparable al sufrido por los abusos sexuales o físicos.

La investigación, publicada en la revista académica Child Abuse & Neglect, examinó 166 estudios previos para realizar un análisis exhaustivo basado en la bibliografía existente sobre el tema. Los autores del estudio solicitan que el maltrato verbal infantil sea reconocido como una categoría independiente de abuso.

Actualmente, el maltrato infantil se clasifica en cuatro categorías: abuso físico, abuso sexual, abuso emocional -que incluye el maltrato verbal- y negligencia. Este estudio puede servir como base para el desarrollo de estrategias de prevención y tratamiento.

A diferencia de otras formas de maltrato emocional, como la indiferencia, el trato silencioso o presenciar violencia doméstica, los investigadores consideraron que el maltrato verbal es más “evidente” y afirmaron que “merece una atención especial”.

El estudio, encargado por Words Matter, una organización benéfica británica que busca mejorar la salud infantil poniendo fin al maltrato verbal, fue realizado por investigadores de la Universidad Wingate de Carolina del Norte y el University College de Londres.

Es imperativo que el maltrato verbal infantil sea reconocido como un subtipo de maltrato debido a sus consecuencias negativas a lo largo de toda la vida“, afirmó la profesora Shanta Dube, autora principal del estudio y directora del Máster en Salud Pública de la Universidad Wingate.

El impacto de los gritos de los adultos a menores

El estudio analizó el impacto de los gritos por parte de adultos, como padres, profesores y entrenadores. Se citaron varios trabajos que sugieren que los efectos duraderos del abuso verbal en la infancia pueden manifestarse en angustia mental, como depresión e ira; síntomas de exteriorización, como conductas delictivas, consumo de drogas o perpetración de abusos; y consecuencias para la salud física, como obesidad o enfermedades pulmonares.

Jessica Bondy, fundadora de Words Matter, destacó la importancia de comprender “la verdadera magnitud y el impacto del abuso verbal en la infancia”.

“Todos los adultos nos sentimos abrumados a veces y decimos cosas sin pensar”, afirmó en un comunicado. “Debemos trabajar juntos para encontrar formas de reconocer estas acciones y poner fin al maltrato verbal infantil por parte de los adultos, para que los menores puedan florecer”.

Este último estudio descubrió que podría estar produciéndose un “cambio potencialmente significativo” en el maltrato infantil, ya que la prevalencia del maltrato emocional ha aumentado mientras que el abuso físico y sexual ha disminuido, según artículos de 2014 de la Organización Mundial de la Salud y otros cuatro documentos citados en el nuevo estudio.

Cuándo gritar está permitido

Según una experta, no es lo mismo gritar “¡ponte los zapatos!” que insultar o menospreciar al menor por no hacerlo a tiempo. Por lo tanto, la primera regla para gritar es abstenerse de criticar al otro, según explicó en 2019 Elizabeth Gershoff, profesora de Desarrollo Humano y Ciencias de la Familia en la Universidad de Texas en Austin e investigadora sobre disciplina parental.

Considerar a la audiencia también es importante, agregó. Es probable que los niños pequeños solo absorban la frustración y no el contenido del grito, mientras que algunos niños responden de manera diferente cuando se les grita.

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