El Gobierno intenta frenar el paro de colectivos de la UTA. Sin embargo, sin una oferta salarial concreta, el conflicto gremial sigue sin resolverse.
El Gobierno busca frenar el paro de 24 horas que la Unión Tranviarios Automotor (UTA) anunció para el 28 de marzo. Sin avances en las negociaciones salariales, la conciliación obligatoria aparece como la principal herramienta para evitar la medida de fuerza. La Secretaría de Trabajo convocó a una reunión virtual con los gremialistas y empresarios, pero desde la UTA no esperan que esto resuelva el conflicto.
El sindicato critica la falta de voluntad del Ejecutivo para mejorar los sueldos. Acusa a la Secretaría de Transporte de proyectar incrementos recién a partir de junio de 2025. La última audiencia entre las partes terminó sin acuerdo, profundizando el malestar entre los trabajadores. Mientras tanto, los empresarios afirman que no pueden otorgar aumentos sin una actualización de tarifas y más subsidios.
En febrero, el Gobierno aumentó en un 17% los subsidios a las empresas. Sin embargo, no contempló mejoras para los choferes, cuyo sueldo básico es de 1,2 millones de pesos brutos. Actualmente, los subsidios cubren el 70% de los ingresos del sector y no se actualizaban desde julio de 2024.
Las empresas sostienen que el boleto en el AMBA debería costar unos $1.600 sin subsidios, mientras que hoy el mínimo es de $371. También reclaman ajustes en la estructura de costos, incluyendo la renovación de unidades y la instalación de sistemas de seguridad.
A la tensión salarial se suman disputas internas en la UTA. Un sector opositor, liderado por Miguel Bustinduy, cuestiona la conducción de Roberto Fernández y la acusa de complicidad con un sistema de subsidios que deterioró los salarios.
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