El fin del impuesto PAIS abaratará los viajes internacionales, pese a los desafíos como la brecha cambiaria.
El fin del impuesto PAIS, anunciado para diciembre, promete beneficiar al turismo internacional, especialmente a las agencias de viajes que ofrecen paquetes al exterior. Este impuesto, que sumaba un 30% en compras con tarjeta fuera del país, era un obstáculo significativo para los viajeros.
La eliminación del impuesto genera expectativas positivas, aunque el impacto real dependerá de otros factores, como la persistente brecha cambiaria. Con esta iniciativa del gobierno, el “dólar turista” se reducirá a aproximadamente 1300 pesos, aunque sigue siendo menos competitivo frente al dólar MEP y el dólar blue.
Las compañías de viajes recomiendan a los clientes pagar utilizando el precio del billete o MEP para evitar cargos adicionales. Además, quienes planeen viajes antes de enero deberán pagar el impuesto PAIS y las percepciones actuales.
Sin el Impuesto PAIS, el turismo extranjero es más competitivo.
A pesar de estos matices, la noticia ha impulsado consultas en el sector, reflejando un creciente interés en los viajes internacionales. El turismo al exterior ya muestra una clara ventaja frente al turismo nacional. Destinos internacionales como Brasil son más accesibles que vacacionar en Argentina, donde los elevados costos hoteleros y gastronómicos, debido a las altas presiones impositivas, encarecen significativamente los viajes internos.
El 2024 fue un buen año para el sector, gracias a la estabilidad del dólar, que motivó a más personas a optar por destinos internacionales. Según estimaciones, los paquetes al exterior ofrecen una mejor relación costo-beneficio, con atractivos como hotelería, playas y actividades más económicas en comparación con los destinos locales.
La eliminación del impuesto PAIS podría potenciar aún más la preferencia por los viajes internacionales, aunque persisten desafíos relacionados con el tipo de cambio. Este cambio pone de relieve la necesidad de reconsiderar los costos del turismo interno, que enfrenta la paradoja de ser menos competitivo que el turismo extranjero, a pesar de sus recursos y paisajes únicos.
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