El euro digital: ¿una alternativa para reducir el uso de efectivo u oportunidad para el control?

La Comisión Europea ha propuesto la introducción de una versión digital del euro, conocida como euro digital, como una forma de moneda complementaria junto con el efectivo en la eurozona.

Esta moneda virtual, emitida por el Banco Central Europeo, tiene como objetivo proporcionar una alternativa conveniente y segura al efectivo físico para las transacciones diarias. Sin embargo, las preocupaciones sobre la privacidad y el control han planteado dudas sobre la disposición de los europeos a adoptar esta nueva versión digital del euro.

Versión digital del euro

El euro digital tendría el mismo valor que la moneda física y podría usarse de la misma manera para cualquier gasto diario, incluso más allá de las fronteras nacionales. Permitiría a los usuarios realizar pagos a través de una aplicación móvil segura utilizando un código QR, incluso en situaciones fuera de línea. Cuando esté completamente implementado, los comerciantes deberán aceptar el euro digital, tal como actualmente aceptan efectivo.

Es importante señalar que el euro digital se diferencia de las criptomonedas en que está respaldado por el Banco Central Europeo, lo que garantiza su estabilidad. Esta evolución en los métodos de pago tiene como objetivo proporcionar una forma adicional de efectivo que respalde la soberanía y la estabilidad del sistema financiero.

Mairead McGuinness, comisaria de Servicios Financieros, Estabilidad Financiera y Unión de los Mercados de Capitales, destaca la necesidad de una versión digital del efectivo a medida que las personas se alejan cada vez más del uso de la moneda física, una tendencia que se ha visto acelerada por la pandemia de COVID-19. El euro digital ofrece a las personas la opción de adoptar esta nueva forma de pago.

Preocupaciones: privacidad y seguridad

Sin embargo, la introducción del euro digital plantea preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad. En una consulta pública realizada por el Banco Central Europeo, la privacidad surgió como la principal preocupación, seguida de la seguridad, la usabilidad transfronteriza, la ausencia de tarifas adicionales y la usabilidad fuera de línea. Las asociaciones de protección de datos también expresan su preocupación por la privacidad, el anonimato y el seguimiento de los pagos.

Mairead McGuinness enfatiza que el Banco Central Europeo no está interesado en monitorear los hábitos de gasto de las personas, sino que pretende brindar la opción de una versión digital del efectivo. Las transacciones realizadas con el euro digital fuera de línea serían privadas, pero al realizar transacciones de comercio electrónico, los bancos tendrían conocimiento del uso de euros digitales.

Oportunidades tecnológicas

A pesar de estas preocupaciones, el euro digital presenta una oportunidad para las empresas de tecnología financiera (FinTech). Los servicios innovadores proporcionados por las empresas FinTech podrían beneficiar a las personas y empresas dentro de la eurozona.

Jan Boehm, presidente de la Asociación Europea de FinTech, destaca el papel de FinTech en brindar innovación y disrupción para una mayor transparencia, productos mejorados y tarifas más bajas. El euro digital podría fomentar un ecosistema financiero más competitivo y eficiente.

Perspectiva Global

La propuesta del euro digital se alinea con las tendencias globales, ya que aproximadamente 120 bancos centrales de todo el mundo están explorando el desarrollo de versiones digitales de sus monedas nacionales. La propuesta de la Comisión Europea tiene como objetivo establecer un marco legal que garantice la preservación del efectivo al tiempo que aprovecha los beneficios de la moneda digital.

La decisión de lanzar el euro digital y su calendario serán determinadas por el Banco Central Europeo, tras el proceso legislativo en el que participan el Parlamento Europeo y el Consejo.

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