Uno de los estudios privados más seguidos por las personas de negocios del mundo refleja el deterioro de la economía argentina.
El último Ranking de Competitividad Mundial (WCR, por sus siglas en inglés) del prestigioso International Institute for Management Development (IMD) de Suiza revela que Argentina cayó al puesto sesenta y seis, la peor posición desde 2020. Se trata de un ranking que se elabora anualmente mediante una minuciosa metodología de análisis de indicadores económicos y sociales: el país tiene una puntuación de 35,89 puntos, solo superada por Venezuela.
Sobre los factores de competitividad
El WCR se basa en cuatro principales factores del entorno nacional: desempeño económico, eficiencia gubernamental, eficiencia empresarial e infraestructura. En el caso de Argentina, se observa que durante las ediciones de 2020 y 2022 se situó en el puesto sesenta y dos, descendiendo hasta el sesenta y tres en el 2021 y 2023. Este año, cayó al sesenta y seis.
Argentina solo mantiene la puntuación en el factor de infraestructura, con mejoras en algunos sub-indicadores, mientras que en desempeño económico desciende tres posiciones.
Entre los principales desafíos para la economía argentina se encuentra la necesidad de apoyar la estabilidad económica, mejorar el clima de inversión, fomentar la competencia y la estabilidad de precios en los principales sectores, además de reforzar la independencia del Banco Central. Asimismo, liberalizar las regulaciones de tipo de cambio para eliminar la segmentación actual del mercado de divisas es otro punto importante.
En comparación con sus pares de la región, nuestro país se encuentra en una posición desfavorable. Es superado por Chile, Colombia, Brasil y Perú. A nivel mundial, el país se encuentra por debajo de países como Estados Unidos, Canadá, Irlanda, Hong Kong SAR, y Suecia.
Economías emergentes
El estudio también destaca economías emergentes como China, India, Brasil, Indonesia, y Turquía, las cuales han experimentado un rápido crecimiento y desarrollo en las últimas décadas. De hecho, se convirtieron en actores esenciales en el comercio, la inversión, la innovación y la geopolítica. Estos países ofrecen nuevas oportunidades y mercados para las empresas y los consumidores, aunque también plantean nuevos riesgos e incertidumbres.
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