En la Plaza de San Pedro, la fumata negra marcó otro fracaso en el Cónclave y aumentó la incertidumbre sobre el nuevo Papa.
El Cónclave continúa sin resultados concretos en el Vaticano. Por segundo día consecutivo, la fumata negra confirmó que los cardenales aún no logran elegir al nuevo Papa. Este jueves, en dos rondas de votación, tampoco alcanzaron los 89 votos necesarios para definir al sucesor de Francisco. La expectativa crece, pero el consenso sigue sin aparecer.
Desde el miércoles, los 133 cardenales permanecen aislados en la Capilla Sixtina. Cada jornada se divide en cuatro votaciones, dos por la mañana y dos por la tarde. Solo en la segunda de cada bloque puede haber señal de humo. Si no hay Papa, se libera la característica fumata negra. Así ocurrió ya tres veces, mientras fieles y turistas siguen atentos en la Plaza de San Pedro.
Durante la mañana, unas 10.000 personas se acercaron al Vaticano. Muchos decidieron esperar, otros anunciaron que volverán por la tarde. Entre los presentes había grupos de turistas españoles y peregrinos de Latinoamérica. Algunos llegaron por casualidad, como una pareja salvadoreña que había planificado su viaje sin saber que coincidiría con el Cónclave. Otros, como un grupo de docentes españolas, vivieron el momento como un hecho histórico más que religioso.
Las opiniones eran diversas. Juan Manuel, de Asturias, no esperaba una decisión tan rápida. Ana María opinó que el próximo pontífice no será español, pero deseó que continúe el legado de Francisco. María y Blanca, en cambio, pidieron cambios profundos. Esperan que el nuevo Papa avance en igualdad y en el protagonismo de la mujer en la Iglesia.
Mientras tanto, miles siguen rezando y cruzan la Puerta Santa para obtener indulgencias por el Jubileo. El ambiente se mantiene cargado de emoción, entre el fervor y la incertidumbre, a la espera de un nuevo líder espiritual.
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