Se estima que entre 800 y 1000 niños son diagnosticados con diabetes tipo 1 cada año en Argentina, pero no hay datos oficiales que confirmen esta cifra.
Esta enfermedad, que suele diagnosticarse en la infancia o juventud, representa a 1 de cada 10 personas con diabetes en el país. En 2022, alrededor de 8,75 millones de personas en el mundo vivían con diabetes tipo 1, de los cuales 1,52 millones eran menores de 20 años.
La diabetes tipo 1 es una condición en la que el páncreas no produce insulina o lo hace en muy poca cantidad. Las personas que viven con esta enfermedad necesitan administrarse insulina diariamente para controlar sus niveles de glucosa en sangre. Sin acceso a la insulina, su vida corre peligro.
Síntomas
Los más comunes de la diabetes tipo 1 incluyen:
- Sed anormal y boca seca.
- Pérdida de peso repentina
- Micción frecuente
- Falta de energía, cansancio.
- Hambre constante
- Visión borrosa
- Enuresis
Para diagnosticar la enfermedad, se requiere una prueba de glucemia o azúcar en sangre.
En cuanto a las causas, se sabe que existe una base genética y un desencadenante ambiental aún no adecuadamente identificado. Las infecciones virales, los alérgenos alimentarios y situaciones de estrés pueden intervenir.
La diabetes es una enfermedad autoinmune órgano-específica y comparte la tendencia a la autoinmunidad con otras enfermedades cuya frecuencia es mayor en Diabetes 1 que en la población general como la tiroiditis, la enfermedad celíaca, entre otras.
Avances en tratamientos
En los últimos años, han surgido avances significativos en el tratamiento de la diabetes tipo 1. Como el páncreas no produce insulina, la glucosa no puede ingresar a las células. Por lo tanto, el tratamiento requiere seguir un plan de alimentación adecuado, educación diabetológica del paciente, actividad física y automonitoreo para la administración de insulina diaria con inyecciones o infusión continua (bomba de insulina).
El monitoreo de glucosa más frecuente o continuo es un paso muy importante que permite evaluar la evolución y la respuesta a la alimentación y al tratamiento. Es crucial el seguimiento clínico y el acompañamiento del paciente y la familia por parte de un equipo de salud especializado y empático.
Actividad física y deporte
La actividad física es beneficiosa para todos, incluyendo a las personas con diabetes tipo 1. Los beneficios del ejercicio se extienden también sobre el control metabólico, la disminución del riesgo cardiovascular, el fortalecimiento neuromuscular, óseo y cardiorrespiratorio y la sensación de bienestar.
Diabetes en niños y adolescentes
La Dra Mabel Ferraro, Pediatra especialista en Diabetes y miembro de la Sociedad Argentina de Diabetes, destaca la importancia de que los adolescentes con diabetes tengan autonomía respecto al manejo de la patología. Es crucial contar con un equipo interdisciplinario, que incluya un/a psicólogo/a, para el acompañamiento de niños y adolescentes con diabetes.
Redacción: RLC Noticias