Hoy, 21 de mayo, se celebra el Día Internacional del Té, una bebida milenaria que se ha convertido en una de las más populares en todo el mundo.
El té es una bebida que proviene de la planta Camellia sinensis. Es la bebida más consumida del mundo, después del agua. Se cree que el té se empezó a cultivar en el noreste de la India, el norte de Myanmar y el suroeste de China, pero se desconoce el lugar exacto donde creció la planta por primera vez. El té ha estado con nosotros durante mucho tiempo. En China, hay constancia de su consumo desde hace al menos 5000 años.
La producción y elaboración de té constituye una fuente esencial de sustento para millones de familias de países en desarrollo y es el principal medio de subsistencia de millones de familias pobres de varios países menos adelantados.
Además de ser deliciosa, el té tiene numerosos beneficios para la salud y para el planeta. En este artículo, exploraremos dos temas importantes relacionados con el té: su papel en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y su relación con el cambio climático.
El té y los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son un llamado mundial a la acción para erradicar la pobreza, proteger el planeta y garantizar la prosperidad para todos. El té puede jugar un papel importante en la consecución de estos objetivos. Por ejemplo:
- Busca erradicar la pobreza en todas sus formas en todo el mundo. El té es un cultivo importante en muchos países en desarrollo, y puede proporcionar ingresos a los agricultores y sus familias.
- Se centra en garantizar una vida saludable y promover el bienestar para todos en todas las edades. El té contiene antioxidantes y otros compuestos beneficiosos que pueden ayudar a prevenir enfermedades crónicas como el cáncer y la diabetes.
- Referido a la producción y el consumo responsables. Es una bebida sostenible y, en muchos casos, se cultiva de manera orgánica y se procesa de manera ecológica.
El té y el cambio climático
El cambio climático es uno de los mayores desafíos que enfrenta nuestro planeta. El aumento de las temperaturas globales, la acidificación de los océanos y la pérdida de la biodiversidad son solo algunos de los impactos del cambio climático. Afortunadamente, el té puede desempeñar un papel en la lucha contra el cambio climático. Aquí hay algunas maneras en que el té puede ayudar:
El cultivo de té es una forma de agricultura sostenible que puede ayudar a proteger la biodiversidad y reducir la deforestación.
Al elegir té cultivado de manera sostenible y procesado de manera ecológica, podemos reducir nuestra huella de carbono y apoyar a los agricultores que trabajan para proteger el medio ambiente.
El té es una bebida baja en carbono que puede reemplazar bebidas menos sostenibles como el café y las bebidas gaseosas.
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