La hipertensión además de afectar las arterias y el corazón, puede provocar fallos en el cerebro, los ojos, los riñones y hasta los pulmones.
Hipertensión Arterial
La hipertensión arterial (HTA) es una condición en la que la persona presenta una presión arterial sistémica elevada. La tensión arterial se expresa mediante dos cifras: la primera (tensión sistólica) representa la presión que ejerce la sangre sobre los vasos cuando el corazón se contrae o late, mientras que la segunda (tensión diastólica) representa la presión ejercida sobre los vasos cuando el corazón se relaja entre un latido y otro.
Es importante destacar que en muchos casos puede llegar a ser letal y rara vez provoca síntomas previos al pico alto de tensión. Es la principal causa de las enfermedades cardiovasculares, que anualmente se cobran la vida de 17 millones de personas en el mundo. De ese total 9,4 millones de muertes son consecuencia directa de la hipertensión. Además de esta cifra, la hipertensión también es la responsable del 45% de los decesos por cardiopatías y del 51% de las muertes por enfermedades cardiovasculares
Hipertensión en el corazón y las arterias
A medida que la enfermedad avanza, las paredes de las arterias se van afectando de manera lenta y progresiva, generalmente estas se debilitan y su diámetro se estrecha, provocando aterosclerosis, esta trastorno suele ser el principal causante de los accidentes cerebrovasculares y otro fallos circulatorios.
La hipertensión también fomenta la aparición de aneurismas (áreas inflamadas y debilitadas en una arteria), que pueden romperse y ocasionar sangrado interno o derrames cerebrales.
Por otro lado, el corazón puede sufrir una hipertrofia cardíaca debido al daño arterial, provocando que el corazón se esfuerce más en llevar sangre a todos los tejidos, cuando el corazón sufre esta sobrecarga de forma continúa termina agrandando su tamaño y dilatando sus cavidades, lo que puede provocar angina de pecho, infartos e insuficiencia cardíaca.
Prevención
Existen muchas medidas que se pueden tomar. Algunos de los factores que pueden detonar la hipertensión son: los altos niveles de estrés, los cambios hormonales, las dietas malsanas con una alta ingesta de sal, el tabaquismo y el sedentarismo o falta de actividad física. Es importante llevar un estilo de vida saludable para prevenir la hipertensión y mantener la salud en general. Algunas medidas preventivas incluyen:
Reducir la ingesta de sal
Realizar actividad física regularmente
Evitar fumar y limitar el consumo de alcohol
Controlar el estrés
Mantener una dieta saludable y equilibrada, rica en frutas, verduras y fibra.
En cuanto al tratamiento de la hipertensión, existen diferentes opciones que pueden ser recomendadas por un profesional de la salud, dependiendo del caso particular de cada paciente. Algunos de los tratamientos más comunes incluyen:
Cambios en el estilo de vida, como los mencionados anteriormente
Medicamentos antihipertensivos, como los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), los bloqueadores de los receptores de angiotensina (BRA), los diuréticos y los betabloqueantes
Control de otras condiciones de salud que puedan estar afectando la hipertensión, como la diabetes o la obesidad
Es vital que el tratamiento de la hipertensión sea supervisado por un profesional de la salud y que se sigan las recomendaciones y pautas dadas por este. Además, es fundamental que las personas se midan la presión arterial regularmente para detectar cualquier cambio y poder tomar medidas a tiempo.
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