El ruido excesivo y constante no solo perjudica la audición, sino que también tiene serias consecuencias sobre la salud mental, el sueño y la conducta.
El ruido ambiental es el segundo factor de riesgo ambiental para la salud, solo superado por la contaminación del aire, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El impacto del ruido no se limita a la pérdida de audición. Estudios de la OMS revelan que en la Unión Europea, 22 millones de personas padecen molestias crónicas por el ruido, resultando en miles de muertes prematuras y enfermedades coronarias cada año. La exposición constante a niveles superiores a los 55 decibelios (dB) durante el día puede generar serios efectos en la salud, desde trastornos del sueño hasta problemas cardiovasculares.
Efectos
La OMS y la Agencia Europea de Medio Ambiente destacaron que, además de afectar la audición, el ruido puede alterar el sueño, deteriorar la cognición y causar problemas metabólicos y cardíacos.
El cuerpo humano reacciona al ruido constante activando el sistema nervioso y liberando hormonas del estrés, como el cortisol. Aunque psicológicamente podemos habituarnos al ruido, el organismo sigue respondiendo de manera adversa. Esto puede llevar a un estado de estrés crónico, con consecuencias que van desde la ansiedad hasta la depresión, según informes de National Geographic.
El impacto en la vida cotidiana
Este contaminante no solo afecta la calidad de vida, sino también el rendimiento laboral y académico, al disminuir la capacidad de concentración y memoria. Los más jóvenes, incluso, ya sufren de tinnitus a edades tempranas debido al uso excesivo de auriculares a volúmenes elevados.
La OMS advierte que niveles de ruido superiores a 85 dB representan un riesgo significativo para la audición, mientras que el límite recomendado para una buena salud es de 65 dB. La exposición prolongada a ruidos elevados no solo daña los oídos, sino que también genera una respuesta biológica de “lucha o huida”, que puede tener efectos devastadores sobre el bienestar general.
Ruido, salud y cuidado personal
El uso de tapones para los oídos, auriculares con cancelación de ruido y la reproducción de ruido blanco durante la noche son estrategias recomendadas para mitigar los efectos del ruido ambiental. Adaptar el hogar para bloquear sonidos externos también puede mejorar la calidad del sueño y reducir el estrés.
Con la proyección de que el 68% de la población mundial vivirá en áreas urbanas para 2050, es imperativo que tanto la ciencia como las políticas públicas aborden este problema de forma conjunta.
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