Por un relevamiento biológico humano realizado durante la segunda mitad de 2021, que incluyó la búsqueda de agrotóxicos en orina, sangre y materia fecal, así como la medición de la calidad del aire.
La científica argentina Virginia Aparicio fue silenciada tras descubrir agrotóxicos en muestras biológicas de poblaciones fumigadas del sur de Buenos Aires. Organizaciones denuncian actos de censura y persecución.
Aparicio tenía previsto presentar los resultados de su estudio el 21 de junio, los cuales revelaban la presencia de agrotóxicos en muestras de sangre, orina y materia fecal de los habitantes de dichas localidades. Sin embargo, seis días antes, recibió una carta de su superior, el director del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), ordenándole suspender la presentación del informe y advirtiéndole que estaban evaluando su desempeño dentro de la institución, argumentando que el “mapeo biológico humano” no estaba dentro de sus responsabilidades institucionales.
La comunidad científica denunció este acto como “un acto artero de censura y persecución”, expresando su apoyo a través de un comunicado que recibió cientos de adhesiones por parte de organizaciones socioambientales, asambleas ciudadanas, movimientos campesinos, sindicales y vecinos que participaron en la investigación.
Las organizaciones socioambientales argumentan que el proyecto de investigación estaba aprobado y que las autoridades del INTA eran plenamente conscientes de que el objetivo era evaluar el impacto de los agrotóxicos en la salud humana y los efectos adversos en plantas, animales y ecosistemas.
Asimismo, señalan que el trabajo censurado forma parte del proyecto “Transición Sostenible de Protección Vegetal: Un Enfoque de Salud Global” (SPRINT), financiado por el programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea, y en el que participan institutos de investigación de diez países europeos y Argentina, con la participación del INTA.
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