A la espera de la decisión de la Cámara de Casación Bonaerense, los condenados siguen detenidos en el penal de Melchor Romero.
Los ocho jugadores de rugby condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa intentaron revertir el veredicto. Basándose en una serie de argumentos, entre ellos la supuesta falsificación de las primeras declaraciones que realizaron poco después del crimen ocurrido el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell, los acusados intentaron cuestionar la validez del veredicto, pero la justicia lo rechazó.
Hugo Tomei, abogado de los ocho acusados, presentó una demanda argumentando que las actas de las primeras indagatorias habían sido manipuladas. Según su afirmación, se les otorgó muy poco tiempo para declarar, algo poco común considerando la cantidad de implicados en el caso.
En respuesta a estas acusaciones, el juez de garantías a cargo del caso, David Leopoldo Mancinelli, fue recusado por la defensa, alegando que podría estar involucrado en las supuestas irregularidades de las indagatorias. Sin embargo, la Cámara Penal de Dolores rechazó la recusación y desestimó el argumento de la defensa sobre un supuesto delito al inicio de la causa, lo que podría haber puesto en peligro el resto del proceso, incluyendo las condenas impuestas.
En su fallo, los magistrados de la Cámara destacaron que las denuncias planteadas ya habían sido evaluadas y descartadas por diferentes instancias judiciales, incluido el tribunal que llevó a cabo el juicio oral. Además, señalaron que, de haber existido las irregularidades alegadas, se habría decretado la nulidad, lo que podría haber dado lugar a la investigación de posibles delitos de acción pública.
Mientras tanto, los ocho jugadores de rugby continúan detenidos en el penal de Melchor Romero, a la espera de la decisión final de la Cámara de Casación Bonaerense sobre la ratificación o anulación de las penas impuestas.
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