En reclamo por honorarios insuficientes y la falta de insumos médicos, los cardiólogos realizarán un paro durante dos días. Solo atenderán emergencias graves.
A partir de hoy miércoles 28 de agosto, los cardiólogos intervencionistas de todo el país inician un paro de 48 horas, suspendiendo la colocación de stents y la realización de angioplastias programadas. La medida responde a la crisis que enfrenta el sector debido a los bajos honorarios y la escasez de insumos críticos, una situación que califican como insostenible.
Elparo estaba previsto para mediados de mes pero se postergó, según informó el Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas en un comunicado oficial. Durante estos días, los profesionales solo atenderán las urgencias que representen un riesgo inminente para la vida de los pacientes.
Los motivos
El reclamo se dirige principalmente a las obras sociales, prepagas y el PAMI, a quienes los médicos exigen una respuesta urgente para evitar el colapso del sistema de atención cardiovascular. También solicitan la intervención del Gobierno Nacional para abrir una mesa de diálogo que permita buscar soluciones a la crisis.
Desde mayo, los cardiólogos vienen advirtiendo sobre lo que denominan una “tormenta perfecta”: una combinación de honorarios depreciados por la inflación, el aumento desmedido en los costos de las prácticas y la escasez de insumos esenciales, como los stents y el material de contraste. Esta situación llevó a una creciente demora en la provisión de materiales, poniendo en peligro la salud de los pacientes.
Cruciales
La crisis, alertan los profesionales, podría tener consecuencias devastadoras. Cada año, las prácticas de los cardiólogos intervencionistas salvan aproximadamente 200.000 vidas en Argentina. Sin embargo, si la situación no se revierte, la especialidad podría enfrentarse a un colapso similar al que se vivió durante la pandemia, cuando la mortalidad cardiovascular aumentó debido a la reducción en la disponibilidad de estos tratamientos críticos.
A pesar de que existen tratamientos alternativos, como el uso de trombolíticos para el infarto agudo de miocardio, estos son menos efectivos y más costosos. Además, incluso con el uso de trombolíticos, muchos pacientes requerirán angioplastias y colocación de stents para completar su tratamiento, lo que sigue generando una alta demanda de los insumos que hoy escasean.
Los médicos insisten en que, aunque los insumos aún estén disponibles, la continuidad de la especialidad está en riesgo debido a la brecha cada vez mayor entre los costos de los materiales, el mantenimiento de los equipos y los ingresos que perciben.
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