La decisión del gobierno de Lula da Silva es simplificar los pagos en moneda local.
La decisión del gobierno de Lula da Silva de simplificar los pagos en moneda local para el comercio exterior con Argentina y Uruguay podría tener un impacto significativo en Uruguay, especialmente en su ingreso de dólares y en la estructura de su comercio internacional.
Si bien Brasil es el principal destino de las exportaciones uruguayas, un desplazamiento del dólar como moneda de comercio podría significar una disminución en los dólares que ingresan al país de forma habitual, lo que a su vez podría afectar la disponibilidad de moneda extranjera en el país. Sin embargo, esto también podría llevar a una valorización del dólar respecto al peso, especialmente si se considera que el exceso de dólares en la economía uruguaya ha sido un factor detrás del atraso cambiario. Es importante tener en cuenta que este cambio en la moneda de comercio también podría tener repercusiones en la estructura comercial internacional del país, en tanto su principal socio comerciaría en moneda local.
La simplificación del Sistema de Pagos en Moneda Local (SML) implementada por Brasil también podría tener consecuencias en la forma en que los exportadores uruguayos realizan sus transacciones. El SML permite a una de las contrapartes, normalmente el exportador, establecer el costo de sus bienes o servicios en su moneda nativa, eliminando la exposición a las fluctuaciones de las tasas de cambio. Esto podría ser beneficioso para los exportadores uruguayos que venden a Brasil, ya que les permitiría establecer precios más estables y competitivos. Sin embargo, también podría significar una mayor dependencia del mercado brasileño y una reducción en la diversificación de los mercados de exportación para Uruguay.
En términos más generales, la decisión de Brasil de avanzar en el uso de monedas locales en el comercio exterior puede ser vista como parte de una tendencia global hacia la reducción de la dependencia del dólar y la promoción de la multipolaridad monetaria. Países como Rusia y China también han estado buscando reducir su dependencia del dólar en los últimos años, y han estado promoviendo el uso de sus propias monedas en el comercio internacional. Si bien esta tendencia podría tener alcances geopolíticas y económicas a largo plazo, también podría significar una mayor competencia y eficiencia en los mercados internacionales, así como una mayor estabilidad monetaria para los países en desarrollo.
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