Ubicada en la localidad de Adolfo Alsina, a unos 135 kilómetros de la capital de Río Negro, Viedma, esta playa paradisíaca se encuentra “oculta” en la costa del Golfo de San Matías.
La Costa Atlántica argentina es reconocida por sus impresionantes playas y destinos turísticos populares, pero entre la multitud de opciones se esconde una joya poco conocida y alejada de los reflectores: la enigmática Bahía Creek.
Lo que hace a esta playa tan especial es su aislamiento y belleza natural. Rodeada de acantilados bajos, médanos y extensas playas, este rincón es conocido popularmente como un paraje de verano, abarcando apenas dos manzanas de extensión. Sus escasas viviendas pertenecen mayormente a vecinos de Viedma y Carmen de Patagones, quienes encuentran en este lugar un refugio para escapar de la rutina y disfrutar de fines de semana tranquilos en la naturaleza.
Sin embargo, el encanto de Bahía Creek no es para cualquiera. Su ubicación agreste implica carencias en cuanto a servicios básicos, ya que no cuenta con energía eléctrica, servicio de gas ni conexión a internet ni señal telefónica. Esto, sin duda, le otorga un carácter aún más remoto y especial, pero también puede suponer un desafío para aquellos que buscan estar permanentemente conectados con el mundo exterior.
Para llegar hasta este mágico rincón, los aventureros deben emprender un viaje por carretera. Desde Viedma, se debe tomar la Ruta Provincial N°1, recorriendo unos 60 kilómetros de asfalto, pero luego hay que enfrentar unos 75 kilómetros de ripio, lo que implica tener en cuenta las condiciones climáticas y el estado de los caminos al momento de planificar el trayecto.
En resumen, Bahía Creek se erige como un destino perfecto para quienes buscan desconectarse del bullicio y la tecnología, para sumergirse en la tranquilidad de la naturaleza patagónica. Su belleza agreste y su escasa población -apenas cinco habitantes permanentes- hacen de este lugar un verdadero paraíso escondido, un tesoro al que solo los valientes viajeros se aventuran a descubrir.
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