Un empresario frutillero fue detenido tras un allanamiento en Arroyo Leyes donde se constató que unas 40 personas vivían y trabajaban hacinadas.
Un caso de trata laboral sacudió a la provincia de Santa Fe luego de que se descubriera a 45 personas explotadas en un campo de frutillas de Arroyo Leyes, donde el empresario responsable fue detenido tras un allanamiento. Entre las víctimas había dos menores de edad, y el dueño del predio, Franco Poccia, de 25 años, recibió una prisión preventiva por 150 días.
La investigación, a cargo de la Fiscalía Federal de Santa Fe, reveló que los trabajadores, en su mayoría provenientes del Chaco, eran sometidos a extensas jornadas que comenzaban antes del amanecer y terminaban de noche. Dormían en galpones de chapa con piso de tierra, sobre camas hechas con cajones de madera, sin acceso a agua potable ni sanitarios.
El fiscal federal Walter Rodríguez y su par Milagros Traverso imputaron a Poccia por trata de personas con fines de reducción a servidumbre. En 43 casos, el delito se agravó por el número de víctimas y la situación de vulnerabilidad; en los dos restantes, por tratarse de menores de edad.
Un trabajador decidió denunciar la situación
El caso salió a la luz luego de la denuncia de un trabajador chaqueño, que relató las condiciones extremas en las que vivían y trabajaban. Señaló que Poccia les había prometido pagarles mil pesos por cajón de frutilla, aunque luego redujo la cifra a 600.
Además, los empleados debían costear la comida que les fiaba un almacén cercano, trabajaban desde las tres de la madrugada con linternas y eran maltratados por los encargados. Tras una discusión con los capataces, uno de ellos decidió denunciar la situación ante las autoridades.
El operativo posterior permitió corroborar los hechos y detener a Poccia, señalado como responsable directo del emprendimiento. Las pericias determinaron que las víctimas no tenían formación laboral ni estudios, y que la mayoría eran jefes de familia migrantes internos.
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