El expresidente Alberto Fernández busca desacreditar las acusaciones de la ex primera dama, Fabiola Yánez, aportando documentación sobre su tratamiento en INECO entre 2016 y 2018.
En el marco de la causa por violencia de género en su contra, el expresidente Alberto Fernández presentó documentación con 20 fichas médicas y cuadernos manuscritos por Fabiola Yáñez, ex primera dama, que corresponden a un tratamiento realizado en el Instituto de Neurología Cognitiva (INECO) entre 2016 y 2018. Las entregó al fiscal Ramiro González.
Fernández intenta utilizar esta información para cuestionar la estabilidad emocional de Yáñez, quien en su denuncia afirmó que la mantenían medicada como una forma de control. Según declaró Yáñez, “su intención era hacerme sentir que el problema era yo, que todo estaba en mi cabeza, que estaba loca”. La presentación judicial de Fernández incluye detalles del tratamiento al que fue sometida por un psicólogo y un psiquiatra en INECO, institución dirigida por el diputado radical Facundo Manes.
Yáñez, en su denuncia, también relató episodios de celos y comportamientos controladores por parte de Fernández, mientras él mantenía relaciones con otras mujeres, como evidencian videos grabados por el propio exmandatario. Según la ex primera dama, estos incidentes contribuyeron a su malestar emocional, exacerbado por el tratamiento al que fue sometida.
Entre las pruebas también se encuentran anotaciones manuscritas de Yáñez, que, acompañadas de un informe pericial caligráfico, buscan reforzar la teoría de la defensa sobre su supuesta inestabilidad emocional.
Testimonio de la “Testigo A”
El miércoles, la defensa de Fernández presentó el testimonio de una persona identificada como “Testigo A”, quien aseguró nunca haber presenciado agresiones del expresidente hacia Yáñez, describiendo su trato como “cariñoso”. En un acta de cinco páginas, la testigo, una empleada doméstica que trabajó en la residencia presidencial de Olivos, relató que la ex primera dama consumía alcohol de manera habitual y que en una ocasión la encontró tirada junto a la pileta de la quinta.
Tambiéen aseguró que Yáñez ocultaba las bebidas alcohólicas para que Fernández no se enterara, guardándolas en un armario con llave en la casa de huéspedes. La testigo afirmó que los moretones en el cuerpo de Yáñez, que ella misma observó, eran consecuencia de caídas en estado de ebriedad.
Además, la testigo reveló un incidente en la residencia oficial de Chapadmalal, donde, según su relato, Yáñez dejó caer a su hijo Francisco después de una noche de consumo de alcohol, aunque el niño solo sufrió un chichón en la cabeza.
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